domingo, 18 de septiembre de 2011

Alas de cristal, corazón de roca.


"¿De qué sirve esperar lo que nunca llega?"
Inesperado cual extraño invitado aquí estás.
No te esperaba en mucho tiempo, pero traes un temple tranquilo y faz serena.
No sabes lo que significa para mí tu llegada...
Espero que no te ausentes en mucho tiempo, porque una vez que has llegado, no podré vivir sin tí.

La melodía suave llega a mis oídos y los llena de felicidad.
Los ojos se empapan de lágrimas que no quieren caer por miedo a perderse el momento...
Y entonces... nada puede estropearlo.

Te quiero.
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Perdido en aquel monte, empezaba a anochecer.
Escuchaba el canto de algún pájaro que no quería descansar, rebosaba energía.
Me gustaba observar el bosque desde allí, era como un lugar donde escapar a la realidad de qué día era o de qué equipo había ganado tal partido.
Era yo y el mundo.

Me gustaría sentirme así otra vez más... pero hacía ya tiempo desde la última vez.
Quería sentir el agua correr por el arroyo y sentir caer la lluvia sobre mí... como aquella vez.

Quiero ser el observador de la vida. De mi vida.

Y no quiero dejarla escapar...
Cada día es un regalo, una nueva oportunidad para tirunfar o equivocarse...
Estando siempre, bajo presión.

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