lunes, 19 de diciembre de 2011

Relato triste de palabras recicladas.



Estás comenzando a leer un relato triste.

Muy triste, lo puedo asegurar.
Yo diría que el más triste.
Tan triste, que hasta los payasos sienten pena al leerlo.
Hasta los corazones más felices,
empiezan a marchitarse, cuando miran detenidamente
cada palabra, cada letra.

¿Qué?
Sigues leyendo.

Y no te importa,
cual curiosidad inunda pulmones.
¡Cuán destrozo de ilusiones!

La verdadera tristeza de este texto,
que al parecer andas buscando,
no se encuentra aquí.
Debes seguir caminando,
y la verdad será ante ti.

Hay muchas cosas tristes en el mundo.

Pero no es esa,
la tristeza que tú buscas.

Este relato no puede darte una explicación.
Nadie puede dártela.

Y la tristeza de la que este autor te habla, por medio de palabras,
se encuentra en la propia ausencia de significado,
ausencia de sentimientos,
ausencia de vida.

Dos caminos.
Una bifurcación.

Apuestas hechas, tirados los dados.
¿Sobre la mesa? Futuro y pasado.

Porque ante el gigante que espera ser aclamado,
está el pequeño, que vive para ser amado.

¿Has entendido algo? Yo no entendí nada.

Como un lector empedernido,
comprende un libro en blanco,
y escribe en él,
lo que sentía mientras tanto.

¿Lo ves ahora? La clave está ante tus ojos.

La tristeza de la que hablaba,
no sirve para nada,
pues estás ante un relato triste,
de palabras recicladas.

Omar Hamido

1 comentario:

  1. Me encantaaaa!!
    Yo también pienso que en el fondo leemos lo que queremos leer en ese momento...
    Esto es una de las cosas que más me ha gustado de todo lo que he leído en tu blog, sin duda!

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