Salgo del tugurio
en el que he pasado la mitad
de esta tarde de delirios.
Las calles me llevan perdido
y yo me dejo llevar
el vaivén de la gente
los coches la luna
el jazz
los charcos ondulantes
en la calzada
y yo
flotando.
Creo que mañana
volveré a perderme.
Empieza a serme
necesario.
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