Y ya por aquel tiempo buscaba
el punto muerto en la ventana.
Encandilado, absorto
en la melancolía respirada
por la rendija de la ventana
que me separaba del amor.
El río,
que desechó su esencia de río,
para ser red,
donde quedaron atrapados
mis bisoños poemas...
Me llamaba...
Canto de sirenas
sobre el cielo triste y gris,
reflejo del mismo río
que una vida se llevó,
al igual que la mía quería...
Dvina,
sobre ti me cernía,
y a ti me arrojé,
en alma y mente,
como Ganivet se entregó
a tus mansas aguas
recibiendo la liberación,
tan temprana...
Te pertenezco desde que mis ojos
se zambulleron en tus profundidades,
al igual que tú a mí,
hasta que vuelva a reencontrarme
y mi alma vuelva a mostrarte.
Y ahora, día tras día busco
el punto muerto en la ventana.
Pero no lo encuentro.
(Foto por: http://browse.deviantart.com/?q=riga+river#/d172hen)
solo puedo decir ante este poema y ante este autor; impresionante.
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